Cuando sientes que las palabras se quedan cortas, que no necesitas más que quedártele mirando a los ojos por muchas horas, que se te hincha el corazón el sólo pensar en su presencia, que te marea imaginarte ahí a su lado y hacer algo tan sencillo como tomarle la mano...
Que de repente hay un sentimiento y un nudo en la garganta de emoción.
Que no existe nadie más.
Que el mundo que conociste no es real hasta que le hablaste...
Que no existe nadie más.
Que el mundo que conociste no es real hasta que le hablaste...
Ahí es cuando yo llamo eso la felicidad.
La felicidad eres Tú.
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Porque una palabra nunca viene mal.